* Publicado en el Diario de Cádiz el 17/11/2013
Adriano III, el emperador de la Bahía, ya nunca volverá a hacer sonar su bocina a las nueve en punto de la mañana para anunciar su primera salida con rumbo a Cádiz. Un desgraciado naufragio primero, la dejadez, la indiferencia y las promesas incumplidas después, han hundido definitivamente en el olvido a uno de los símbolos más representativos de la ciudad. Ahora, para más inri, una cibernética mancha multicolor made in Ucrania osa emborronar su recuerdo en el imaginario popular.
Y mientras, Sigue leyendo Vapor evaporado