* Publicado en el Diario de Cádiz el 20/04/2014
Allí estaba ella. Clavada en una esquina de la plazoleta. Inmóvil, impertérrita. Mirando a la nada sin ser vista por casi nadie. Con su busto de bronce y sus piernas de pedestal. Pero las cosas cambian y hace unos días alguien, nadie sabe exactamente quién, decidió engalanarla con un chal blanco y unos claveles rojos de ganchillo.
Aire flamenco del Sur para Cecilia Böhl de Faber, más conocida con el seudónimo de Fernán Caballero. Luz y color para la matriarca del costumbrismo y el folclore español. Una escritora de negro riguroso que un buen día llegó de fuera para pasear su sobria estampa por las calles y palacios de esta ciudad durante trece años y relatar con su pluma El Puerto del siglo XIX en obras como “Un Servilón y un Liberalito, o Tres Almas de Dios”.
Sí, sí y sí. Algo se mueve por estos lares. Los seres anónimos parecen empeñados en desmentir las profecías más agoreras, para reclamar con sus acciones que ésta es una morada viva, alegre y cargada de historia e imaginación. La última, vestir estatuas. ¿La próxima?